Yo era El Coño pero estaba cerrado con una cremallera de dientes dorados. Descorrí la cremallera y vi dentro a otro coño igual cerrado con una cremallera de dientes dorados. Luego descorrí esa cremallera y vi dentro de ese coño a otro coño cerrado con una cremallera de dientes dorados. Entonces reí a carcajadas tan fuertes que las cremalleras se fueron rompiendo y un coño brotó de otro coño, infinitamente. Al último, yo fui El Coño brotando de otro coño y desperté.
No hay comentarios:
Publicar un comentario